Por Pedro Abad-Schuster
Es una buena señal que el Juez de Plaza Luis Bellido del domingo pasado haya renunciado. Fuentes fidedignas así lo confirman. Fue mucha la presión en la plaza porque el aficionado serio de Acho, como lo menciona Raúl Aramburú Tizón, incluyendo a más de 3,500 abonados, vieron cuando el 5º novillo de la tarde, si bien encastado, incansable y embistiendo bien con genio, huyó un par de veces al capote de Diego Silveti y escupió la primera puya. Quizás le faltó experiencia al novillero dinástico, para ignorar los pañuelos de los indocumentados e irse por el triunfo incuestionable de las orejas con un estoconazo que nunca llegó. En Sevilla jamás hubiera mirado al palco de la autoridad repetidas veces buscando el indulto. Y Acho no se la perdonó al juez. Se impuso la categoría de la plaza. Al parecer nadie se enteró que el toro fue finalmente apuntillado en los corrales, nadie lo quería. El juez otorgando una sola oreja ante un indulto o mostrando un pañuelo naranja, o negando la vuelta al ruedo de Duffau ha desembocado en su alejamiento; porque ¿qué hacía un principiante a Juez presidiendo las corridas de la Feria más seria en la historia de la América taurina?
APUNTE: Lo cierto es que a la fecha no hemos recibido ninguna comunicación oficial de este cambio.