En relación al número de abonados y a la asistencia de público, si bien fue ardua tarea la de reestructurar el padrón de abonados antiguos porque no contaban con información confiable, alcanzaron la interesante cifra de 3 mil nuevos abonados más 1,500 antiguos, quedando un bolsón de 2 mil que no quisieron repetir “hablamos con cada uno, muchos dijeron que no renovaban abono porque se sentían estafados, no creían en una feria de calidad, y eso me tranquilizó al mismo tiempo pues optaban sólo por comprar la última tarde, 60% de ellos dijo que ‘ era muy caro y no me dieron por lo que pagué’, un 18% dijo que ‘la feria era muy larga’ con objeciones como que no podían separar 4 semanas de toros de la familia y otras más, pero todo esto nos ha dado un mapa de dónde tenemos que ir, aprendimos que tenemos que escuchar al aficionado, al cliente de la plaza, oía cuando compraban sus entradas presencialmente, en la espera la gente hablaba de sus malas experiencias y coincidían en que se sentían desatendidos y cuando recibían el abono en su bolsita, nuestro mensaje era un perdóname porque no se te ha dado ese trato fino que merece alguien que paga tanto por su asistencia”.
Analizando el aforo por tarde comentó que la despedida de Ponce con Galdós vendió más de 1,600 boletos fuera de abono, la anterior más de 1,300 y la primera pasados los 1,100 fuera de abono ¿estaban en el rango pensado? No. Fue directo. Nos quedamos con 700 pagantes menos por tarde en general “pero la última en la que se acabó el papel compensó todas las demás”.
Finalmente el ejercicio fue bueno acotó pues si bien pensó inicialmente en un punto de equilibrio con 5,500 abonados resultó que de haber vendido 700 abonos más tenía ese número de menos en entradas sueltas para la última en la que el precio por entradas suelta era más costosa y “creo que el buen numero era el de 5 mil abonados y estamos muy cerca del equilibrio perfecto, sabíamos que no íbamos a ganar más de lo ganado, lo que queríamos era no perder y se ha conseguido”.
La pregunta cayó de madura: Valió la pena la rebaja, ese torcer la mano a las figuras para que rebajen su caché en un sinceramiento total desde la parte empresarial y la respuesta fue un rotundo sí. “Siento que Acho tiene un nuevo aire, veo salud, veo un camino, una luz al final del túnel aunque hay mucho por hacer. En la última tarde se quedó gente afuera, habían revendedores queriendo comprar entradas en taquilla aun cuando ya se había agotado el papel”.
En cuanto a la comunicación constante a través de videos cortos y demás aspectos señaló que el gatillo emocional que mueve el impulso del cliente no estuvo precisamente en el aspecto de la promoción de los carteles: “El análisis que tengo es que el disparador emocional para que la gente comprara era que lo que decíamos y hacíamos tenía el mensaje de que yo amo la plaza como tú, estamos juntos en este sentimiento, es real y no es cuento, eso hizo que la gente se volcara; los videos de las mejoras que íbamos haciendo antes de iniciar la feria alcanzaron más de 400 mil vistas y las de toreros, que normalmente son las que se publican tenían menos de 30 mil, 10 veces más la gente se interesó por ver tanques de agua en línea, y los reproducían, contrastando eso con la respuesta que me dio la gente que ya comenté, encontramos un buen punto para seguir trabajando; en lo artístico, no ha sido un boom, ganaderamente tampoco, las cosas se dicen como son, lo malo, lo bueno, lo real, no me gustó la presentación de la primera, dos meses no son suficientes, y con dos meses es lo mejor que pude hacer”.
Pero su mirada va más allá del aspecto meramente taurino y reincide en el aspecto de la plaza de toros, de este magnífico e histórico escenario taurino “Mi intención es invertir ese cariño en la plaza de Acho, es seguirla mejorando, seguir invirtiendo mi pasión y amor por Acho para que tenga más espacios comunes (como una terraza sobre chiqueros…), quiero que madure, quiero ponerla más bonita, modernizarla” y que pasa con el entorno pregunté “ese es el gran reto pero lo vengo trabajando hace mucho tiempo, creo que en el Rímac se puede hacer algo interesantísimo y Pro Lima es un jugador estratégico al que no le hemos prestado atención los taurinos, si sólo vemos Acho y no su entorno estaríamos contando un cuento irracional” un trabajo que calificó de titánico y de largo plazo.
Dicho lo dicho, lo que se ha conseguido entre empresa, aficionados y tradición es confianza, volver a creer que se puede tener un buen espectáculo a precios razonables y desde su burladero confiesa que “No vamos a ser triunfalistas, ha sido un año de aprendizaje y todo se puede mejorar, aprendimos que tenemos que escuchar al aficionado, creo que la gran ganancia que hemos tenido como empresa es un aprendizaje muy importante en la lectura del aficionado, los datos recopilados nos ayudarán a tener un análisis mucho más inteligente del que teníamos antes”.
Al concluir la conversación se dirigió a los aficionados a quienes agradeció “desde lo más profundo de mi alma porque ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida verlos salir de Acho contentos, sonriendo, ver la plaza linda, y sólo espero hacerlo mejor en el 2025”.
Fernández soñó un cambio para Acho y su feria, cambio que empezó el 9 de agosto 2024 cuando firmó con la Beneficencia y fue hasta el 27 de octubre que empezó la feria poco más de dos meses los que tuvo para hacerlo realidad, emprendió cambios estructurales en cuanto a la administración de las contrataciones, a la gestión y administración de la plaza con énfasis en las instalaciones de cara a la comodidad y bienestar de los asistentes y del espetáculo y todo este empeño sustentado en el cariño a nuestra Plaza de Acho, un gran trabajo hecho en tan corto tiempo y que concluyó cuando se arrastró el último toro de la temporada 2024, aquel domingo 17 de noviembre con la salida a hombros del crédito nacional y universal Andrés Roca Rey y el diestro Sebastián Castella que tras conquistar su cuarto Escapulario de Oro del Señor de los Milagros, codiciado trofeo limeño, se encaramó al cariño de la afición que le concedió la vitola de Torero de Lima. Al empezar a trabajar por hacer realidad su sueño un aficionado lo llamó “el bukele de la tauromaquia en el Perú” y ahora sólo podemos decir que tenía razón, Tito Fernández tuvo un sueño, hacer cambios, transformaciones positivas en la plaza más antigua de América taurina que alberga cada año las corridas en honor al Señor de los Milagros, y lo hizo realidad.