Don Alejandro Arrieta Bellido, dinástico Torero de Plata, falleció hoy y lejos de su terruño, en España, país al que llegó para ser cuidado por su hermana hace un par de años si acaso.
Hasta entonces y a pesar de la dificultad para movilizarse pues últimamente lo hacía en silla de ruedas, era común encontrarnos por los ruedos de nuestro país en ferias o festejos aún cuando ya hacía tiempo que había dejado el activo que cambió por afanes de representación de diestros.
Son incontables las veces que hemos compartido mesa y charla taurina, oyendo sus anécdotas y conociendo de su vida. Aquella que empecé a conocer desde el tendido 15 de Acho cuando iba con mi Padre y asombrada contemplaba a los aficionados enardecidos tras un soberbio par de banderillas.
Fue un ídolo de la afición. Y es que tuvo lo que pocos, carisma y hacerse querer por su público y también por los profesionales y compañeros de profesión. Hizo el paseíllo con muchas figuras del toreo en sus años de gloria pero el detalle en este momento no importa tanto como el sentimiento y ese es el afectado hoy. El que todos, tu y yo, todos hemos tenido por él porque ante la risa o algún gracejo del Tatita, nadie quedaba indiferente. Hemos perdido a uno de los últimos, si acaso el último, de los representantes de la bohemia del toreo del ayer. Con su retranca y su picardía, misma que reflejaba en los callejones y ruedos.
Se torea como se es. Si Señor don Alejandro, Tata querido, mi recuerdo siempre será con alegria y agradecimiento de aficionada que tuvo la fortuna de conocerte también fuera de un ruedo. Para sus hijos, su familia y sus amigos, de aquí y de allá, mi sentido pésame. Descansa en Paz Tatita!!! Que los maestros te esperan para partir Plaza en la eternidad. Hoy el corazón del Perú Taurino te llora.
#ALBUMDEPASION
📷 de su página personal