martes, 9 de noviembre de 2010

Vargas Llosa.Primera declaración desde que recibió el Nobel

Por: Tendido7 / Guillermo Rodríguez DESDE Bogotá

Don Mario Vargas Llosa, arequipeño, tiene un recuerdo entre la realidad y la fantasía sobre un capote que se encotnraba en la casa de sus mayores y dicen perteneció a Juan Belmonte tras su paso por Lima , va con frecuencia a los toros , es amigo de varios toreros como lo demuestra la foto de "Toromedia" ( gentileza obliga al crédito ) y en una ocasión acompañó a su majestad el rey Don Juan Carlos en una barrera en Madrid donde comparetieron comun fición.

Desde la cima de su inteligencia, habla con fluidez y sin asomo de arrogancia de toros, se cuida de mencionar la preferencia por un torero pero sostiene que le gusta el toreo clásico, ese de Belmonte, el arquitecto del toreo moderno, y quien hizo del temple su divisa.

En Bogotá cuando se topa con la Feria en La Santamaría va a los toros y la empresa le reserva un sitio especial para que disfrute la tarde.

Pregonero de Sevilla, tiene clara su afición a los toros, no la oculta y, por el contrario, habla en su favor a quien quiera oirle.

Tuve el privilegio de asistir a una conversación de periodistas latinoamericanos con el flamante Nobel y como sabía que mis colegas le preguntarían hasta agotar el tema, lo que evidentemente ocurrió , por su reciente y deslumbrante novela " El sueño del Celta " sobre los horrores del imperio belga en el Congo , aproveché tan señalado azar para indagarle por los toros, el arte, su afición y los intentos de prohibición que cristalizaron en Cataluña.

EL SUEÑO DEL CELTA

Bueno, pues La aventura que narra esta novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916. Aquí se cuentl la peripecia vital de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement. Héroe y villano, traidor y libertario, moral e inmoral, su figura múltiple se apaga y renace tras su muerte. Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo con argumentos. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía peruana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo, pues tras ellos se revelaba una verdad dolorosa: no era la barbarie africana ni amazónica la que volvía bárbaros a los civilizados europeos; eran ellos, en nombre del comercio, la civilización y el cristianismo, quienes cometían los actos más bárbaros

VARGAS LLOSA Y LOS TOROS

Soy un gran aficionado a los toros. Forman parte de nuestra tradición, la española y la hispano americana. En países como Colombia, Ecuador, Perú, México los toros forman parte de nuestra vida cultural y por eso defiendo los toros y estoy en contra de la prohibición. Los toros son un arte y al mismo tiempo constituyen una expresión de lo que es la condición humana y de como a través de la destreza, de la inspiración se puede dulcificar la violencia que forma parte de esa condición humana.

Desde luego en el campo de la tauromaquia hay violencia. Sin ninguna duda. Pero quienes piden la prohibición de los toros ignoran tal vez que todo lo que precede el acto mismo de la corrida es no solo respeto hacia el toro sino cariño, cuidado, mimos y que el toro que se enfrenta al torero en el Coso es un nimal nacido para la batalla y , por otra parte, existe gracias a que existen las corridas. Quienes reclaman la desaparición de las corridas están pidiendo en realidad la desaparición del toro bravo, de ese ejemplar hecho para la lidia. Ese toro existe porque existen las corridas.

Estoy seguro que a cualquiera que le dieran a elegir entre la existencia y la no existencia elegiría la existencia