sábado, 17 de diciembre de 2022
En recuerdo de don Ángel Teruel, Torero de Lima, a un año de su partida
CORNADA BANDERILLERO NILTON CANALES ANCARI
Llega con herida abierta en escroto lado derecho que afecta al musculo Dartos, fascia de Cooper, fascia cremasterica, fascia espermática profunda y túnica vaginal . Contusión de testículo y epidídimo derecho . Lavado en varios tiempos.sutura por planos hasta piel..
Pronostico reservado
Cirujano Dr Cesar Baltazar Mateo
Ç.M. Santa Elena
Enviado desde mi iPhone
lunes, 12 de diciembre de 2022
La Esperanza: Galdós a hombros y firma el sumun de su arte
La Esperanza: Galdós a hombros firma el sumun de su arte
Y fue domingo de toros, 11 de diciembre del 2022 en La Esperanza cuando Joaquín Galdós firmó el sumun artístico en su expresión torera.
"Su muleta un estandarte" eso cantaba la gran Lucy Avilés con el bordonear de la guitarra y al tun tun de un buen cajón, y es que replicaba lo que veía, lo que sentía, viendo torear "al gran Joaquín Galdós".
Y si señor, si. Otra tarde muy peruana, porque de esos rescoldos debemos seguir tirando para defendernos de los que están sembrando el terror, otra vez, en nuestro país.
Y con esperanza, La Esperanza otra vez nos regaló una tarde que nos devuelve a la esencia de ser peruano, vaya manera de gritar ayer aquel VIVA EL PERÚ tras las sagradas notas del himno patrio cantado tras el paseíllo con fervor y devoción… y porque hubo un gran torero de esta tierra que triunfal se aupó a la puerta grande porque había cortado tres, que bien pudieron ser cinco. Aupado, sosteniendo el pendón bicolor…. En tanto que el sevillano, heredero de esa gracia especial, Pablo Aguado, tocó pelo en el de regalo. Si. Fueron siete.
Y con ese vivir, oír, ver el arte bicolor en diferentes expresiones, mi mente martillaba aquella estrofa: Tengo el ogullo de ser peruano, si señor. Porque tenemos dos de los mejores toreros del momento nacidos en esta tierra. Uno de raza y otro de arte. Que más se puede pedir.
Arte, la de ayer fue la denominada corrida del arte pero, pero con esta licencia de palabras, bien puedo contarte que para mi fue una corrida con arte. Pues si bien el arte estuvo en el ruedo con Galdós y Aguado también estuvo en la música peruana que acompañó cada faena de Galdós, entre marineras y valses, parte de nuestra esencial de nuestra identidad musical.
Y que emoción cuando por gracia divina se encontró la Fina Estampa de nuestra gran Chabuca con ese paso garboso y torero de Galdós en aquella faena al segundo de su lote. Y es que tuvo la fortuna de su lado porque aunque aveces no quería, finalmente se entregaba ese colorado a su muleta, imantando su nobleza en sus vuelos para dibujar en derredor suyo un cinturón mágico barriendo incluso la arena y cual esbozos de carboncillo ir dibujando un taurino apunte, faena de aquellas, de rompe y raja, con sabor, con arte; iniciada genuflexo hacia los medios y quedarse anclado a torear en redondo con esa sutileza que da el poder del saber con el corazón puesto en la yema de los dedos. Girar y girar y obligando sin obligar y con un toro que tuvo la nobleza de conjuntarse en una obra que para Joaquín mismo fue cuando más a gusto estuvo pero lo pinchó.
Nuestro 'Sérvulo' del toreo, nos trasladó al sumun, a su realidad de arte, concepción escasa aunque jamás vana cuando se crea el toreo. Y es que ya nos había elevado a esas alturas expresivas con el que abrió la corrida. Un toro que rompió a embestir sin descanso y con una calidad y nobleza como condiciones fundamentales de su bravura y con el que Joaquín quiso y supo estar a su altura y hacernos disfrutar del toreo hecho arte. Del arte de lidiar toros porque cuando se le hace todo bien, de inicio a fin, enjugando con verónicas mecidas y templadas en el saludo y luego unas chicuelinas de portento, con gracia limeña, erguida la planta y la mano que recorta a la cintura, dejando caer el vuelo de su capote a compás, vaya gracia de este señor torero… y fue a más cuando con muleta en mano en los medios lo recibió, y fue ahí donde construyó su obra, apenas con un giro de talón lo conducía y el toro se volvía para contribuir con la emoción y poco a poco fue bajando la mano y llevándolo muy cosido muy templado hasta muy atrás. Arte, bravura y calidad. El sumun. Lo dicho. Espada en su sitio y dos orejas con fuerza y merecida ovación al toro en su vuelta al ruedo. Otra cortó de su tercero. Una faena casi inventada, pero el que atesora arte hasta con detalles cincela una obra. Este era remiso y huidizo, pero al andar andar lo iba metiendo en su muleta, series cortas, cuando sentía el poder, se iba; y otra vez y otra vez. Pero el sabor y la composición en cada muletazo hicieron también disfrutar. Y tras buen remate con el acero llegó el premio.
Premio que para el sevillano Pablo Aguado llegó en el sétimo de regalo. Ese tuvo condición parecida y algo le dejó expresar pero sin duda no como él hubiera querido y tampoco el público que sabiendo lo que había tenido en suerte, lo remilgón de la corrida en su lote, siempre estuvo esperándolo respetuoso. Su primero no tuvo un pase ni un lance. No quería pasar por las telas y se refugiaba en tablas. En su segundo nos dejó ver su excelsitud en las verónicas y de ahí detalles con la muleta ante un astado que marcó terreno en toriles. Y otro tanto de ello en el sexto de ahí que con acierto se llegara al de regalo. Para que ni el sevillano ni el respetable se fueran con amargura.
Y fue así que La Esperanza cerró su temporada, con un torero peruano blandiendo la enseña patria al viento en esa vuelta triunfal al ruedo en volandas y en clamorosa ovación de los aficionados que acudimos a la convocatoria del arte.
Que Dios reparta suerte a todos y cada uno en nuestro país, que su renacimiento del 25 ilumine nuestro andar en el nuevo año, y con el muy torero grito de guerra al iniciarse cada tarde de toros un paseíllo, me despido, porque en la vida como en los toros, amigo mío, ¡VAMOS P'ALANTE!
Felices Fiestas.
viernes, 9 de diciembre de 2022
40 mil razones de dignidad para celebrar ayer en La Esperanza
40 mil razones de dignidad para celebrar ayer en La Esperanza
Ayer, 8 de diciembre 2022, el día después de la captura del sedicioso, insurrecto que quebró el orden constitucional y democrático en que vive y queremos seguir viviendo los peruanos, el individuo Castillo T., un subversivo y delincuente en términos estrictos que quiso copar el poder para instalar una cleptocracia que no íbamos a permitir.
Pues eso hizo que al día siguiente los peruanos en el amplio jardín de La Esperanza nos abrazáramos de alegría porque sentíamos alma, corazón y vida en libertad para disfrutar de nuestra tradición sin par. Y a este punto me permito contarte del abrazo que recibí del dueño y señor del coso, cuando me vió en su callejón, ya me lo había dicho, en esta plaza eres siempre bien recibida. A tal señor tal honor y agradecimiento por el respeto a la persona y su dignidad.
Pero óigame Usted, y es que siempre aquí venimos con fe y con esperanza de disfrutar de la magia. Y es por eso que me permito contarte esbozos del ambiente en ese patio de cuadrillas en el que los actuantes rodeaban la sagrada imagen de nuestro Cristo de Pachacamilla, el nazareno de los milagros, al que minutos después cargarían en sus hombros para rendirle fervoroso homenaje, por cuidar bajo su manto nuestro país y al cual nuestra ciudad se postra cada mes de octubre, de inciensos y turrones. Y en este diciembre mejor motivo no hubo que sacarlo a un ruedo, en hombros de toreros peruanos y la figura primera del mundo también para llena de esperanza La Esperanza confiemos en un futuro mejor. Puestos todos de pie pie y la canción criolla en su honor, y las palmas, y el fervor religioso de este pueblo que llenó hasta la bandera este coso con magia.
Tras guardar al Señor volvieron al ruedo, los protagonistas vestidos de chalanes, este traje corto nacional, escoltados por dos legendarios taurinos y criadores de caballos de paso peruano, joya equina de silla del mundo, con Jaime More y Cerrutti en ellos, que además son toreros aficionados de larga data. Un festival con tradición de taurinos y sirvió para recaudar fondos para la Asociación Cultural Taurina, dinero que según se anuncio ascendió a 40 mil dólares que son las 40 mil razones de dignidad para seguir en la senda de nuestra tradición.
Pero más allá del dinero en esas razones hubo la más importante, el reconocimiento de toreros a un compañero de profesión y ganadero, que con su vida dedicada a la tradición la engrandece porque además de casta le vino, don Rafaelito Puga, que transitó todos los costados de nuestras tradiciones, de la taurina en profundidad como torero aficionado, novillero y matador único que cortó rabo en Acho en esas etapas, como ganadero en sus tres hierros y también como criador del caballo peruano de paso. No hubo mejor razón para celebrar sus 50 años de alternativa tomada en Acho un 1 de Noviembre de 1972, apadrinado por el fallecido José Maria Dols Abellán "Manzanares" y testigo José Antonio Gaona.
Sus amigos y toreros lo brindaron y festejaron. Gabriel Tizón, Flavio Carrillo, Aníbal Vásquez, Fernando Roca Rey, Alfonso de Lima y Andrés Roca Rey (la primera becerrita que toreó en público fue regalo de cumpleaños del ganadero).
Todos torearon sus novillos del hierro Camponuevo que se empleó con sus matices de nobleza y calidad aunque conforme avanzó la tarde las fuerzas condicionaron su buena condición. Pero lo gratificante es que ellos disfrutaron y trascendieron su gozo al público que acompañó con alborozo cada momento, valorando y aquilatando lo que en ese ruedo sucedía. Salvo el palco que en inconcebible decisión no dio trofeo a Tizón en el abretarde cuando firmó de los mejores muletazos, tuvo ese sabor torero del ayer, templado y conduciendo la nobleza con el arte que sigue atesorando y la eufórica y ovacionada vuelta que dio así lo plasma. Carrillo tuvo uno más encastado pero que estando en el sitio embestía como máquina y ahí estuvo, templado aunque algo apurado, aguantó larga faena, certero acero. Oreja. Aníbal tuvo uno que apretaba pero conserva el oficio y solventó con una buena colocación y toques incluso la demora en entrar a las telas, llevándolo hasta muy atrás a su altura, sometiendo sin afligirlo. Dos orejas.
Turno de Fernando y fue cuando "la jarana se hizo presente", por qué no trasladarnos emocionalmente a esos cantos tan peruanos que además fue lo que pidió para su faena premiada con oreja. Aunque antes invitó a su hermano a compartir garapullos. Tercio muy celebrado. Una oreja cortó y a partir de ahí las banderillas (suerte que de pequeño ejecutaba) se adueñaron de la escena.
Porque Alfonso de Lima también se sumó y aunque no es de su repertorio los invitó a los hermanos. No cualquiera se puede dar ese gustito, de alternar en suerte ajena con el figurón nacional. Pero Foncho fue más allá porque tiró de oficio para extraer contados chorrillos de calidad ante poca fortaleza del novillo. Pero su manejo del percal y la pañosa tuvo sabor y garbo. Estocada y doble trofeo que paseó feliz.
Y llegó el turno del esperado Andrés que para cerrar la tarde también volvió a tomar los palos e invitó a su subalterno y amigo de paisano Viruta, que se lució. Brindó a sus compañeros. En muleta el astado no lució por la poca fuerza pero con mimo lo toreó y llegó el arrimón. Mimo y poder al punto que lo enfrentó sin trastos y en un "Tancredo" ante el burel, este se pasó de largo a su muleta que yacía en la arena. El arte de birlibirloque en toda su expresión.
Una tarde con magia, esa que surge cuando se realizan cosas extraordinarias, raras, inusuales. Como el desfile de torileros, si acaso elegidos por los diestros… destaco el de Aníbal y su padre ganadero; el de Foncho y su abuelo, torero aficionado de los buenos del ayer; Fernando y su padre; Andrés y su tio, al que de siempre llamó 'abuelo' y de pequeño se le veía de su mano. Y así el gusto de participar a dos señorones del servicio arenero de Acho también. El festejo se cerró con la invitación a don Rafael para la vuelta merecida al ruedo con los actuantes y al terminar casi como bajando el telón, un apagón.
Caricias del recuerdo del ayer y del hoy, que quienes tuvimos la fortuna de vivir, atesoraremos por siempre. Viva el Perú señores y que viva por siempre nuestra tradición.