José Tomás. Y se cumplirán 10 años… un quiebre estructural en mi afición. Y vamos por más de esas cositas que llenan el alma cuando invaden el espíritu. A buscar más de esa 'quinta essentia' del toreo en su toreo. A conmemorar haber vivido y entendido esa otra dimensión del arte. La quinta dimensión del toreo… la que en estado de contemplación, se sitúa a medio camino entre el universo visible y la materia oscura, en aquella luminosidad del toreo en su estado más puro cuando entra en contacto y comunicación directa y permanente con lo divino, con todos los rostros y voces de Dios, decían los Mayas.
Aquella fue día 16 que se resume en 7, el de la perfección. Esta será en día 12 que se resume en 3, el de la creación.
De perfección a creación, media la expresión de un arte - el de torear - que se eleva y trasciende, porque es efímera en su trazo por irrepetible y que juntos o individuales componen una obra maestra atemporal, sin tiempo ni espacio, etéreo, intangible, sutil y sublime. Excelso. Esa quintaesencia es la energía que surge, fluye, gira, se eleva y nos invade y conmociona el momento, la vida. Porque se crea, como ninguna otra, ante la muerte.
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