domingo, 5 de septiembre de 2021

La Esperanza de Cubas que descerrajó la puerta grande



Algo avizoré en el festival de Puerto San Luis y hoy lo confirmé. Juan Carlos está en el mejor momento de su carrera por capacidad, convicción, oficio y expresión de su tauromaquia. Si me apuras, extrapolable al tiempo aquel de la novillada de ensoñación que nos regaló en Acho al dejar el escalafón menor. Pero hoy, ahora, en este 2021, con un poso de toreo asolerado que encanta, encandila. Expresa, siente y trasciende.  

Brilló con el buen segundo de la tarde al que le cortó una oreja que cuajó desde el excelso saludo por mecidas verónicas hasta el trasteo con la diestra, siempre templado y siempre bien colocado, sin dudas ni vacilaciones. Ante el quinto, pintor de nombre, pintó en el lienzo de arena otra obra de importancia. Otra vez sembrado con el capote y empujando la calidad del Santa Rosa de Lima por el lado derecho, el pitón más largo y profundo, pero trazando naturales también aún cuando por ahí se recostaba un tanto el astado. Reventó el ánimo de la concurrencia y el momento rozó la apoteosis al rematar su labor con la espada con eficacia y los dos apéndices pasaron a su esportón y con ellas tres, la salida a hombros como absoluto triunfador de la primera corrida de toros en la incipiente reactivación del sector en la capital. 

Menos fortuna en el resultado tuvieron sus alternantes. Emilio Serna que abrió plaza tuvo un astado que no se entregó en sus telas pero estuvo dispuesto y logró importantes muletazos que emborronó con la espada. Con el cuarto no se entendió. Porfió y lo intentó pero el toro no permitió que el toreo fluya por su intermitente ritmo. 

Cristian Escribano era nuevo en plaza y país. Se dejó ver cómo un torero de fino corte, de los que gustan echar la tela abajo para que los vuelos manden. Temple y gusto en su faena con el tercero, que tuvo en derecha su mejor lado, con calidad para que surja el toreo pero el acero impidió que sume trofeo. Espoleado y con más enfado y chispa salió en el cierraplaza al que recibió por verónicas de rodillas y toreó a placer con la muleta, con temple y gusto pero otra vez el acero lo privó de trofeo.  

Se lidió un encierro de la ganaderia limeña Santa Rosa de Lima, bien presentado y buenos en líneas generales, con calidad y nobleza. Así es que se cumplió la primera corrida de toros que abrió Lima en festejos mayores. Otra vez en la plaza de toros La Esperanza en que este domingo de toros, 5 de setiembre 2021, sea el inicio de muchos otros festejos en la capital. A ver si empujamos por que también se nos abra Acho. 


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