domingo, 17 de junio de 2012

Sin trofeos pero con total entrega saldó Fandiño su encerrona en Bilbao VIDEO

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Las gestas se hacen en plazas de importancia de ahí que Bilbao, fuera la elegida por IVAN FANDIÑO para encerrarse con seis toros de diferentes ganaderías que a la postre no fueron el complemento requerido para que el torero vasco cumpliera el sueño de tocar pelo y acaso salir a hombros. Sin embargo, tardes de entrega, sólo ante 6 morlacos, son de las que hacen historia, crean afición, y permiten sentir que la épica del toreo.

Toros, por orden de salida, de:
1o La Quinta, con movilidad pero sin clase;
2o Partido de Resina, encastado y a menos;
3o Victorino Martín, protestó en varas y banderillas, pero humilló desplazándose en la muleta;
4o Torrestrella, bueno en el caballo y un punto violento en el último tercio;
5o "El Cortijillo" -sobrero, fuera de concurso, sustituto de uno de Torrealta-, manso y deslucido; y
6o Alcurrucén, bravo pero sin final.

El balance de Iván Fandiño fue: dos pinchazos y media, ovación; estocada y descabello, silencio; pinchazo y estocada, ovación tras petición, renunciando a dar la vuelta al ruedo); estocada, silencio; estocada, ovación tras leve petición; y dos pinchazos, estocada y dos descabello, silencio.




Dicen en burladero.com su pasión es una pasión contenida, hacia adentro, como la de un vasco de siempre. Se dice que al vasco le cuesta manifestar los sentimientos y Fandiño es un torero al que no le sale del alma el hacer concesiones al público, ni buscar una comunicación que no sea a través de su muleta y su capote. Digamos que utiliza muy pocos instrumentos para crear su gran sinfonía

Dicen en mundotoro: Sobrado y capaz, hizo de la lidia generosidad en varas, que fue lo que tuvo la tarde: nota buena de tentadero en ese tercio. Y de esta virtud, en singular y de las virtudes colaterales, en plural (ni un agobio, ni una fisura aparente, bien colocados los toros en el tercio concursal) nacen las paradojas. Una individual: que estar sobrado o ser muy capaz puede dejar de lado al origen de las cosas, y el de este torero es el de cruzar la frontera. Hubo dos corridas: la de Fandiño y la esperada de fuego. La paradoja colectiva es mera siquiatría matemática: cómo hacer compatible ese deseo supuesto o cierto de la afición pidiendo a llantos corridas de este tipo y que la afición luego se quede viendo la tele. Puede que la afición a las corridas concursales sea, contablemente, la de hoy. Mucha plaza pues, para tentadero de minorías.