Un toro de Nuñez del Cuvillo, noblote desrazado, justo de todo, al que Miguel Angel una vez más esculpió un "capolavoro" taurino con lentitud, temple extremo, pasandose al toro de pitón a rabo, y todo por muy abajo, arrastrando la muleta, tapandolo y dejandosela en la cara para que no intente huir, con cambios de mano por la espalda para ligar más trazos sin solución de continuidad. Todo abrochado con 4 bernadinas 4, ceñidas, apretadas, ajustada a más no poder al cuerpo, todo un compendio de solemnidad. Arte y dominio puro. Firmado con un gran estocada, por ejecución y colocación. 2 orejas y puerta grande abierta de par en par. Talavante, tiene una...