sábado, 6 de julio de 2024

Lajas. Colombo y Quiñónez por la puerta grande



Hoy se cumplió la primera tarde de tres en la Feria de Lajas distante a 20 minutos de El Vizcaíno y el resultado fue el triunfo del peruano Óscar Quiñónez y el venezolano Jesús Colombo, el primero cortó dos del último de San Simón y el otro una a cada uno de su lote, a luces el de menos opciones de la tarde; el español Ángel Puerta cortó una de su segundo y pudo haber cortado otra en su primero de no pinchar.  Hoy  se lidiaron tres toros de San Simón (1o noble, 5o sin recorrido y 6o bueno) y tres de San José del Monte (2o reparado de la vista derecha, 3o bueno y 4o bueno que mereció vuelta póstuma). Los medios lucen arena suelta que hace doblar las manos a los bureles aunque bien es cierto que no excedían fuerzas. Ahí queda la duda.  


Ángel Puerta con su concepto clásico imprimió mucho temple a su labor, incluso con el percal, dejando lances mecidos a pies juntos tanto como en verónicas de buen gusto torero.  El primero fue fijo, noble y con cuajo, trapío que le dicen, lanceando lo sacó a los medios y aunque se iba suelto, volvía el San Simón, tumbó al picador y recargó de bravo en el peto, en muleta fijo y noble por derecha pero por no fue igual izquierda. Puerta templó a media altura los muletazos por aquello de que dobló manos y cuando se decisión a exigir el toro aguantó y fue hasta atrás. Pena que pinchó varias veces. Saludó y dio ovacionada vuelta al ruedo.  


En su segundo de San José del Monte, Puerta se lució también con el capote, salía contrario y volvía y así desgajó su saludo capotero. Genuflexo inició por bajo en la muleta destacó en algunos naturales cuando decidió prodigarse por esa mano.  El toro fue pronto y alegre con un galope lúcido y noble. Mereció vuelta que no se dio en tanto que el diestro tras un pinchazo metió la espada y cobró oreja.  Ojo que este SJDM era pura sangre Cuvillo… 


Y Colombo sigue siendo un cañón con el acero, en su primero lo mostró aunque pinchó al primer intento, raro. Como no fue extraño que formara un lío en banderillas en los dos de su lote. Su primero de San José del Monte lancea a pies juntos, señalado en varas, llega a las banderillas y asume la exigencia de Comolmbo.  De veía que se colaba por el derecho y el diestro declaró que no venía por ahí, eso hizo que sustentara la muleta solo por la izquierda y algunos naturales fueron largos y buenos, despachó  de pinchazo y entera desprendida. Petición y oreja. 


Otra cortó del quinto de San Simón, bonito ejemplar al que saludó por verónicas y tras brillar en banderillas se dispuso en muleta a torear por naturales ayudados, se vencía por el derecho más y de ahí que la zocata sustentara su labor.  Despachó de espadazo y recibió otra oreja fuertemente pedida. 


Oscar Quiñónez se presentó en esta plaza y salió triunfal, con dos orejas acaso excesivas del sexto aunque quizás el público haya querido resarcir lo del primero por el que bien pudo tocar pelo de no perder el foco ante el minoritario pedido de indulto del San José del Monte.  Había gente de la ganadería en el callejón y ni ellos ni el palco se pronunciaron y el diestro oyó hasta dos avisos enfrascado en ese indulto que no llegó.  Pero fue un gran toro este tercero, fue bravo con clase al embestir, tuvo galope, prontitud, fijeza y nobleza, virtudes que evidenció luego del breve puyazo.  Su carta de presentación en los medios fue por chicuelinas y siempre tuvo la generosidad de traerlo en largo nada más trastearlo dos veces cerca a tablas, se fue el torero a los medios y lo invitó y el bonito colorado cuvillense de Chilca que sin la reunión ennel embroque, se arrancó a galopar con la cabeza abajo metros antes de imantarse en su muleta. Aunque empezó con la diestra muleta arriba, templada, y se prodigó por la diestra lo mejor llegó en los naturales, largos y profundos, templados y exigiendo con los vuelos; ahí vimos el auténtico Cuvillo. Un lujo.  Lo demás descrito está.  


Sin embalaje los lajeños esperaron para premiarlo en el de cierre. Faena casi no hubo.  El San Simón no tenía recorrido y apenas lo tocó por los lados y poco más. Entró a despacharlo y una casi entera lo hizo rodar y fue la razón del doble trofeo, o el pretexto.  


Esta ha sido mi primera vez en esta plaza San Antonio de Padua de Lajas ye sentí muy arropada por su gente transitando el callejón cuando uno sale en busca de entrevistas. Fue mi primera vez y sentir un 'deja vu'.  Esa sensación de haber sentido, percibido, vivido algo así. Y es que si pues.  Era como vivir un Vizcaino de hace dos décadas.  El tiempo pasa amigo, el tiempo pasa, pero menos mal que nuestra reserva de tradición, aquella del estado más puro, aún se resiste a desaparecer.  Soy Magaly Zapata y estuve hoy en Lajas por vez primera.  

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