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El novillero peruano Joaquín Galdós habla sobre la novillada en solitario, como único espada, que toreará en Acho el próximo sábado 28 de noviembre, dentro de la Feria del Señor de los Milagros.
Para él “es el día más importante de mi vida hasta ahora y espero recordarlo por mucho tiempo, creo que es histórico que un peruano mate seis novillos en su tierra y espero superar la cita con nota”.
Señala además que “es una tarde en la que están depositados muchos de mis sueños e ilusiones porque el año pasado fui siendo muy nuevo pero ahí sentí que pasó algo que fue mi esencia y la gente vibró conmigo esa tarde por eso hoy más cuajado y con más conocimientos puede ser una tarde preciosa y con esa ilusión voy”.
Sobre la exigencia que supone despachar seis en solitario comenta que “es un reto físico y mental muy importante pero es el momento perfecto para hacerlo, el escenario soñado donde desde niño he visto toros y si en algún sitio merece hacerse ese esfuerzo es Lima, a lo mejor ni Sevilla ni Madrid para mí es Lima, mi tierra”.
Siguiendo las huellas de “El Maestro”
Buscando algunos apuntes históricos que nos refieran de encerronas en Acho, encontramos que la de Galdós sería la segunda vez que se da en Feria del Señor de los Milagros y dentro del abono.
La primera fue del matador español, el madrileño César Jiménez, el 23 de noviembre del 2003 ante un encierro de Roberto Puga al que cortó tres orejas. Lo hizo motivado después de leer con fruición el libro de la Peña Teruel sobre la corrida de San Fernando con la encerrona del maestro Teruel en Lima.
Fuera de feria, sí que Acho ha visto un torero en solitario con seis bureles, dentro del Siglo XX: Año 1972 en el mes de febrero, la encerrona de Angel Teruel. Lo hizo en agradecimiento a la afición que le había dado ya la vitola de "Torero de Lima"; y en el año 1978, José Luis Galloso.
Sin embargo, a fuerza de indagar, buscamos más atrás y por el Siglo XIX encontramos, en el libro "Los Toros en el Perú" del historiador don Héctor López Martínez, un hecho sucedido el 2 de diciembre de 1860, cuando Ángel Valdéz, torero negro apodado “El Maestro”, en la temporada de su consagración, cuando producto de un entrampe con otros diestros españoles, José Larra “Chicorro”, Antonio Marín y José Ortega, se negaron a que Ángel dirigiera la lidia como primer espada, el peruano dio solución al asunto y se ofreció a matar él sólo los 12 toros.
En el diario La Prensa, el cronista don Raúl de la Puente señaló como antecedentes históricos a la de Teruel, las siguientes: Bonarillo en 1909, Manuel Mejías “Papa Negro” en 1915; Agustín García Malla en 1919, Rodolfo Gaona en 1917; Joselito “EL Gallo” en 1920; Rafael “El Gallo” en 1922; Victoriano Valencia en 1926; Marcial Lalanda y Carlos Sussoni, en 1928; Lorenzo Garza en 1939; Fermín Espinoza “Armillita” en 1942; Antonio Bienvenida en 1947, con seis de La Viña y vestido de turquesa y oro, torea en solitario, el 23 de noviembre la segunda corrida extraordinaria fuera de abono y corta seis orejas y lo declaran “Torero de Lima”.
En buena cuenta y visto lo visto, la de Joaquín Galdós es histórica porque sería el primero diestro peruano en cumplir esa gesta en la historia moderna de Acho, ya que no se cumplía una desde que el legendario Ángel Valdez lo hiciera en 1860, hace 155 años, siglo y medio atrás.