Hubo un momento durante la rueda de prensa de Boix y Casas en que sólo les faltó decir «nos hemos encontrado por la calle y hemos cerrado el acuerdo». Tal era el simplismo- «no hemos hablado ni de los toros»- que se le pretendía dar a la noticia de mayor trascendencia y calado de la temporada: la vuelta a los ruedos de José Tomás.
Nada es casualidad, sin embargo, en un fenómeno como JT que nada deja a la improvisación. No es casualidad que en vísperas de la gran semana de San Isidro se haya anunciado su ansiado regreso.
No es casualidad que la plaza elegida haya sido Valencia, aunque se ajustase a las fechas previstas de su reaparición. Valencia es una plaza de primera. Y no deja de ser la plaza de Ponce.
No es casualidad que Barcelona haya quedado al margen hasta septiembre como cierre de temporada, y de la Monumental, aunque esto tampoco sea un hecho. El hecho es el palo que se lleva Matilla, que esperaba el agua de mayo de Galapagar para cerrar el abono de julio.
No es casualidad que no se hayan dado más fechas de la lista de 12 ó 14 plazas que José Tomás tiene previstas. Plazas que gozarán de salud en sus abonos en tiempos de crisis en cuanto sean tocadas por su varita. La salud de la que hoy goza JT para dársela a la Fiesta. Y ésta es la gran noticia.
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