El video está en el link: http://feriastaurinas.plus.es/player_video.html?xref=20100518pluutmtor_1.Ves
Tarde del martes 18 de mayo 2010 en Madrid. Lleno de No hay billetes. Toros de Puerto de San Lorenzo, con cuajo, encastados, nobles, impecablemente presentados. 2° noble y de gran clase; 4° importante con transmisión; 6º muy bravo, extraordinario. El Cid, silencio y silencio. Sebastián Castella, ovación tras aviso y silencio. Rubén Pinar, silencio y silencio.
1°: Abrió plaza un toro con mucho temperamento, el propio de los atanasios que se vienen a más y quieren más y por abajo. El Cid se empeñó en sacar la muleta por arriba y el toro le protestó una y otra vez; un animal que se movió en la muleta pero que embestía con brusquedad en la corta distancia. Trató de quedarse quieto y lo consiguió por ambos pitones pero sin acoplamiento ni entendimiento entre toro y torero, sin engancharlo y pegarle los veinte muletazos buenos que tenía. Eficaz estocada.
2°: Castella dejó lo mejor en un inmóvil y ceñido quite por gaoneras, al primero. Ahí se acabaron las ideas. Fue el toro seguramente de más clase de lo que va de feria, imponente y noble. Qué forma de colocar la cara, de desplazarse, de templarse. A Castella lo enganchó en los primeros muletazos y después no hubo arreglo de la cosa. Pegó muchos pases con firmeza y valentía pero sin lucidez; en principio dio distancia, después toreó en las cercanías; se empeñó en pegarse un sincero arrimón encima cuando el animal, claramente, embistió mejor de largo. El final, muy encima, con circular y manoletinas, lo jalearon. Pero parecía más el intento a la desesperada de levantar la faena al toro que se fue. Dos pinchazos muy feos y media caída pusieron fin a aquello. Y antes, un volteretón cuadrando al toro para matar, que ya le había avisado antes, le buscó con saña en el piso. Fue error suyo. Aplaudido toro y torero.
3°: El primero de Pinar también se dejó lo suyo. Con menos motor pero mucho celo, manejable, con son. De embestida suave y templada, de poca emoción para Madrid. Era animal para llevarlo a su altura y templarlo mucho para que rompiera. No tuvo Rubén esas virtudes en la faena, precisamente. Por fuera siempre, con tirones muchas veces y enganchado todo por la izquierda. Faena sin emoción que no llegó a los tendidos. Un bajonazo. La corrida se mereció más. Mucho más.
4°: El cuarto tuvo juego importante. Con mucho fondo y transmisión, y una clase que destapó en un capotazo de Alcalareño. Le pegaron fuerte en el peto. Un punto suelto salió el animal, pero siempre volvió, siempre la quiso tomar y lo hizo por abajo, muy largo y con son. El Cid pareció apuntar de primeras en redondo, pero se fue amontonando, cada vez más sucio, las series cortas y sin el corazón para dejarla puesta y tirar de él, que era lo único que pedía animal tan bonancible. Y se fue, y se fueron. De cuatro toros en la feria, tres con orejas. Y ni unas palmas.
5°: El quinto fue muy flojo de salida. Protestado. El toro tomaba las telas pero le costaba aguantar. En lugar de cuidarlo. Sebastián dejó que lo pegasen en el caballo. Y llegó todavía peor. El francés dejó que lo enganchase siempre. Y cuando se quiso poner encima se lo recriminaron. Desatinado con la espada.
6°: Del imponente sexteto del Puerto de San Lorenzo, destacó sobre manera el último. Un torazo serio, extraordinario, muy bravo que empujó y se empleó en el caballo por abajo, que recargó y que se vino fijo y con prontitud a todo. Se vino a los capotes de largo y Pinar lo recortó por chicuelinas en el quite. Y se vino a la muleta, que no siempre se encontró puesta, que cuando lo hizo estuvo en la pala por sistema. Pinar no enganchó más adelante la embestida de verdad. El toro rompió de bravo en la muleta. Faena intermitente de Pinar que no lo vio claro y no terminó de confiarse. Efectivo espadazo. Un toro así, en Madrid, no se puede ir. Y la prueba es que al animal le pegaron una ovación de las de gala y al torero lo silenciaron. Por respeto, se entiende. Ovacionado el toro.
Fuente: avance taurino
Fotos de la corrida: http://www.burladero.com/sanisidro/011549/0/avance/fotografico/san/isidro#g
1°: Abrió plaza un toro con mucho temperamento, el propio de los atanasios que se vienen a más y quieren más y por abajo. El Cid se empeñó en sacar la muleta por arriba y el toro le protestó una y otra vez; un animal que se movió en la muleta pero que embestía con brusquedad en la corta distancia. Trató de quedarse quieto y lo consiguió por ambos pitones pero sin acoplamiento ni entendimiento entre toro y torero, sin engancharlo y pegarle los veinte muletazos buenos que tenía. Eficaz estocada.
2°: Castella dejó lo mejor en un inmóvil y ceñido quite por gaoneras, al primero. Ahí se acabaron las ideas. Fue el toro seguramente de más clase de lo que va de feria, imponente y noble. Qué forma de colocar la cara, de desplazarse, de templarse. A Castella lo enganchó en los primeros muletazos y después no hubo arreglo de la cosa. Pegó muchos pases con firmeza y valentía pero sin lucidez; en principio dio distancia, después toreó en las cercanías; se empeñó en pegarse un sincero arrimón encima cuando el animal, claramente, embistió mejor de largo. El final, muy encima, con circular y manoletinas, lo jalearon. Pero parecía más el intento a la desesperada de levantar la faena al toro que se fue. Dos pinchazos muy feos y media caída pusieron fin a aquello. Y antes, un volteretón cuadrando al toro para matar, que ya le había avisado antes, le buscó con saña en el piso. Fue error suyo. Aplaudido toro y torero.
3°: El primero de Pinar también se dejó lo suyo. Con menos motor pero mucho celo, manejable, con son. De embestida suave y templada, de poca emoción para Madrid. Era animal para llevarlo a su altura y templarlo mucho para que rompiera. No tuvo Rubén esas virtudes en la faena, precisamente. Por fuera siempre, con tirones muchas veces y enganchado todo por la izquierda. Faena sin emoción que no llegó a los tendidos. Un bajonazo. La corrida se mereció más. Mucho más.
4°: El cuarto tuvo juego importante. Con mucho fondo y transmisión, y una clase que destapó en un capotazo de Alcalareño. Le pegaron fuerte en el peto. Un punto suelto salió el animal, pero siempre volvió, siempre la quiso tomar y lo hizo por abajo, muy largo y con son. El Cid pareció apuntar de primeras en redondo, pero se fue amontonando, cada vez más sucio, las series cortas y sin el corazón para dejarla puesta y tirar de él, que era lo único que pedía animal tan bonancible. Y se fue, y se fueron. De cuatro toros en la feria, tres con orejas. Y ni unas palmas.
5°: El quinto fue muy flojo de salida. Protestado. El toro tomaba las telas pero le costaba aguantar. En lugar de cuidarlo. Sebastián dejó que lo pegasen en el caballo. Y llegó todavía peor. El francés dejó que lo enganchase siempre. Y cuando se quiso poner encima se lo recriminaron. Desatinado con la espada.
6°: Del imponente sexteto del Puerto de San Lorenzo, destacó sobre manera el último. Un torazo serio, extraordinario, muy bravo que empujó y se empleó en el caballo por abajo, que recargó y que se vino fijo y con prontitud a todo. Se vino a los capotes de largo y Pinar lo recortó por chicuelinas en el quite. Y se vino a la muleta, que no siempre se encontró puesta, que cuando lo hizo estuvo en la pala por sistema. Pinar no enganchó más adelante la embestida de verdad. El toro rompió de bravo en la muleta. Faena intermitente de Pinar que no lo vio claro y no terminó de confiarse. Efectivo espadazo. Un toro así, en Madrid, no se puede ir. Y la prueba es que al animal le pegaron una ovación de las de gala y al torero lo silenciaron. Por respeto, se entiende. Ovacionado el toro.
Fuente: avance taurino
Fotos de la corrida: http://www.burladero.com/sanisidro/011549/0/avance/fotografico/san/isidro#g