martes, 2 de junio de 2009

Castella le gana la primera mano a Perera: 4 a 2

Nîmes (Francia), lunes 1 de junio de 2009. 10ª Feria. Lleno. Cuatro toros de Domingo Hernández y dos (5º bis y 6º) de Garcigrande, correctos aunque desiguales de presentación. Nobles en conjunto, destacando el 3º, premiado con la vuelta al ruedo. Sebastián Castella, silencio tras aviso, dos orejas tras dos avisos y dos orejas tras aviso. Miguel Ángel Perera, oreja tras aviso, oreja tras aviso y silencio tras aviso.

Cuatro de ellas han ido a parar al casillero de Sebastián Castella, dos de las cuales cayeron tras pasaportar a su segundo toro, un astado de Domingo Hernández premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Castella entendió las condiciones del toro y le dio distancias en los primeros compases de la faena, intercalando pases de buen y largo trazo por ambos pitones. Tan a gusto estaba cuajando el toro el torero de Beziers, que llegaron a sonar dos avisos antes de entrar a matar al toro. La estocada cayó desprendida pero no fue óbice para la concesión del doble trofeo.

Otras dos orejas cortó Castella en el quinto, un sobrero de Garcigrande que tuvo clase y temple en sus embestidas. El francés comenzó la faena sentado en el estribo para después desgranar series limpias y ligadas de alto nivel por el pitón derecho. Por el izquierdo hubo menos acoplamiento por las dudas del toro, por ello Castella se pegó un arrimón para asegurar otras dos orejas.

En su primero, Castella no pudo brillar con un toro que tuvo poca duración y con el que el diestro no pudo conectar con los tendidos por la sosa condición de su oponente.

Miguel Ángel Perera cortó una oreja a sus dos primeros toros. El segundo de la tarde dejó a Perera realizar una faena firme en el primer tramo de la misma y más encimista en el final del trasteo que fue rubricado con manoletinas y una estocada arriba.

Otro trofeo más paseó en el cuarto, al que comenzó faena con un pase cambiado en los medios y al que ligó tandas de mano baja en redondo. El toro se vino abajo pronto por la exigencia al que le sometió Perera y el diestro extremeño tuvo que meterse literalmente entre los pitones para exprimir del todo al astado salmantino. Lo mató, eso sí, de una contundente estocada.

El sexto fue un toro de poco juego que no dejó redondear al torero de la Puebla de Prior su tarde. Perera tampoco se encontró a gusto con un toro que llegó a desarmarle en un par de ocasiones.
(fuente COPE)