Una gran noticia la que recibimos desde Francia. El gobierno de Sarkozy pone mano dura para frenar las pretensiones de los antitaurinos. No sólo rechaza la petición de prohibir a menores el ingreso a las corridas de toros sino que –en cabal conocimiento de lo que hay detrás de los hechos- reconoce que existe vandalismo en las protestas antitaurinas y que de producirse tendrán que verselas con la policía antiterrorista.
Así, el gobierno francés antepone la libertad individual y su derecho de preservar la tradición de un colectivo de más de dos millones y medio de personas que acuden y gustan de las corridas de toros en las regiones del Sur de Francia.
Por fin algunos políticos dejan el juego de la doble moral en este tema, llaman las cosas por su nombre y ponen el piso parejo para ambos lados.
Así, el gobierno francés antepone la libertad individual y su derecho de preservar la tradición de un colectivo de más de dos millones y medio de personas que acuden y gustan de las corridas de toros en las regiones del Sur de Francia.
Por fin algunos políticos dejan el juego de la doble moral en este tema, llaman las cosas por su nombre y ponen el piso parejo para ambos lados.