…lo más importante que ayer sucedió en Córdoba, todo un acontecimiento, fue encontrarnos con un nuevo y muy joven torero llamado Daniel Luque que, más cerca y aún más quieto que Tomás, le imitó sin despeinarse ni mancharse en su peor versión con el horrible y flacón tercero que sacó mucho genio, y con el zambombo sexto dejó al personal con la boca abierta por evidentemente capaz de convertir su peligrosa fiereza en franquía borreguil. O sea, que “montándose” encima, logró el milagro de apoderarse totalmente del incierto y avieso marrajo y, además, con natural limpieza y admirable facilidad aunque, por pinchar una vez antes de agarrar una buena estocada, solo le dieron una oreja.
A la pregunta que hace el titular de esta crónica, hubiera contestado hoy mismo que sí. Pero aplazo mi opinión. Prefiero dar el consentimiento con más seguridad al respecto del futuro profesional de Daniel Luque y esperar a lo que haga en la corrida del próximo día 5 en Madrid en la que, como ayer, también alternará con José Tomás.
Atónito me dejó el muy joven Luque al ver como se apoderaba totalmente de las aviesas intenciones del sexto toro que convirtió en obediente y sumiso colaborador gracias a la asombrosa, a la inaudita y a la natural destreza e incuestionable valor que, sin duda, tiene el espada sevillano. Y, además, desde más cerca, quedándose aún más quieto y durante más tiempo que quien más lo haya hecho en el toreo.
Según sus incondicionales partidarios, José Tomás, aunque en estos dos años de su reaparición, ya le han salido dos intratables y para él molestos e inesperados contrincantes con quienes dudo que, de ahora en adelante, acepte levarles como compañeros de terna a ningún sitio. Me refiero a Miguel Ángel Perera después de lo que anteayer le vimos en Las Ventas y, desde ayer mismo, a Daniel Luque quien, si sigue así un par de temporadas más y no dudo que seguirá, será una de las nuevas grandes figuras que estamos esperando. La otra, es Manzanares.
Daniel Luque estuvo en Lima para una novillada un 29 de octubre del 2005. Esa tarde cortó una oreja a una buena novillada de Montegrande, 1o 2o y 6o aplaudidos en el arrastre. Alternó con Fernando Roca Rey y Alejandro Morilla.