martes, 8 de abril de 2008

Sevilla al compás de sevillanas día y noche, desde anoche


A la medianoche en España, cuando en Lima eran las 5 de la tarde de ayer, se prendieron los 367 mil farolillos que alumbran esta ciudad temporal que se levanta en el llamado Real de la Feria. La fiesta, para los feriantes con caseta, oficialmente arranca con la cena del tradicional “pescaíto” en las 1, 047 casetas levantadas, auténticas casas que permanecen abiertas y en fiesta 24 horas al día, ofreciendo comida, música, cante y baile hasta “jararse” a sus amigos. El ayuntamiento dispone casetas públicas para los turistas y visitantes. Una muerte por infarto, diez peleas y 35 detenidos el saldo de la primera noche de feria.

La portada de este año tiene 45 metros de altura, 50 de frontal y 180 toneladas de peso, cuenta con casi 25.000 bombillas y es el punto central de entrada del recinto ferial, donde se desarrollará hasta la medianoche del domingo esta fiesta internacional.

Este recinto se ubica en el barrio de Los Remedios, ocupa en total 1.200.000 metros cuadrados: 450.000 corresponden al Real, 200.000 a la zona de atracciones y el resto a áreas de servicios y aparcamientos. El Ayuntamiento ha vuelto a regular para que los carruajes no colapsen el recinto, donde sólo accederán cada día 700 de los 1.400 coches de caballo con permiso, que rotarán según tengan matrícula par o impar.

Entre otras, este año se ha habilitado un taller para pequeños arreglos de emergencia a los trajes de gitana, totalmente gratis por la empresa Molina en un módulo cedido por el Consistorio; un sistema de recogida de aceites de freír para su reciclaje; medidas de ahorro energético; o el reparto de 10.000 pulseras de identificación para niños para facilitar la localización de sus padres en caso de pérdida.

Cada año este recinto ferial bate su propio record de asistencia, especialmente el fin de semana, en que puede superar los dos o tres millones de visitantes, gracias en buena medida al tren de alta velocidad.

La Feria de Sevilla nació con un decreto de la Reina Isabel II del 5 de marzo de 1847 y comenzó como una feria de ganado de tres días creada por dos concejales: el catalán Narciso Bonaplata y el vasco José María Ybarra, en la que se montaban los corrales que luego evolucionarían hasta las actuales casetas.